En Tarazaga no hay una lista de atributos para el líder. Cada ser humano manifiesta los que descubre en su interior que ha venido a manifestar. Entrenamos los valores genuinos de cada persona. Eso le da carisma y autenticidad. Eso le da la luz con la que el líder ilumina el camino hacia lo nuevo a los demás.
El entorno social y económico está cambiando a una velocidad vertiginosa. Las organizaciones y los ciudadanos buscan líderes bien enraizados que conecten con los nuevos valores emergentes y sepan cómo y hacia donde avanzar.
La tecnología ha cambiado las reglas del juego. Ahora no se trata de hacer unas cuantas declaraciones al año. Los líderes están expuestos públicamente de modo casi permanente, y las personas priman la autenticidad y la coherencia de los valores vividos y expresados.
A ello se une un salto en la madurez de la humanidad. Las personas cada vez adquieren más criterio. El liderazgo paternal está agotado. El nuevo liderazgo es ejemplar, parte del autoconocimiento y el enraizamiento, sintetizado en una frase que en la tradición europea inmortalizó el oráculo de Delfos “Conócete a ti mismo”.