La transformación de la cultura de seguridad y la mejora de los comportamientos de riesgo solo puede producirse cuando identificamos las variables que determinan los factores humanos y organizacionales que están en su base.
El conocimiento de la situación, el liderazgo en seguridad, la comunicación, el trabajo en equipo y la toma eficaz de decisiones son parte del sistema que condicionan los índices de siniestralidad y la producción del accidente.
Cambiar el automatismo, los hábitos no deseados, por nuevas habilidades adecuadas al presente, se logra mediante en entrenamiento de la atención eficiente continuada, la concentración simétrica (externa-interna) y el aprendizaje de esas nuevas habilidades.
El desempeño efectivo de los comportamientos seguros se basa en la atención efectiva, y tiene efectos positivos en la productividad, la eficiencia, la calidad y el bienestar de las personas y contribuye a la mejora de los resultados de negocio.