A finales de febrero, Foment del Treball Nacional celebró un webinar sobre cómo la crisis del Covid 19 ha incentivado el protagonismo de la cultura preventiva en tanto que motor de cambio, un enfoque que ha definido nuestro posicionamiento hace ya 20 años.

Tarazaga Emotional Business Management, como consultora estratégica, ha sido pionera en proyectos de cambio de la cultura preventiva en las empresas, desde que realizó en 2001 con éxito el proyecto de reducción de siniestralidad en Hunosa, entonces la compañía española con los peores índices de accidentabilidad. Este proyecto fue premiado poco después por la Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales del Ministerio de Trabajo. En estos años, hemos desarrollado este tipo de programas estratégicos para empresas como Arcelor Mittal, Repsol, Endesa, Naturgy, Metro Bilbao, Kronospan o Petronor, entre otras.

Los expertos que han participado en esta sesión, Silvia Oceransky y Marc Montserrat, así como los responsables de Seguridad y Salud de Seat, Juan Manuel Fraile; grupo Suez, José Mª Verdejo; y la corporación papelera Lecta, Gabriela de la Torre, han coincidido en la necesidad de adoptar una cultura organizacional capaz de acoger el cambio a partir de un liderazgo adaptativo.

Una de las conclusiones es que, más allá de la seguridad laboral, la preocupación por la salud ha venido para quedarse, entrando también en las agendas de la alta dirección. El bienestar emocional constituye ahora uno de los pilares de la nueva realidad.

Desde un punto de vista organizativo, en aquellas empresas en que la PRL depende de operaciones, se ha fortalecido el trabajo conjunto con el departamento de Recursos Humanos. El área de Seguridad y Salud se ha convertido con la pandemia en una palanca de cambio, y en algunos casos ha sido la primera vez que ha desempeñado el papel protagonista en la gestión de una crisis. La transformación ha servido para poner en valor el trabajo que desarrollan estas divisiones corporativas.

Gestión de nuevas crisis

En este sentido, se impone tener en cuenta nuevos modelos, como el derivado de la ISO 22301 que contempla el establecimiento de un sistema de gestión de la continuidad de negocio, capacitando a los equipos directivos para hacer frente con éxito a eventuales nuevos escenarios críticos. Garantiza el business impact analysis para el consiguiente gobierno de los riesgos globales y la capacidad de resiliencia de las empresas.

Esto permitirá minimizar las consecuencias de la interrupción de actividades, adquirir mayor flexibilidad, reducir los costes asociados, generar una imagen eficaz con clientes y stakeholders, y disponer de una metodología práctica para la reanudación de las operaciones. Pero por encima de todo permitirá gestionar el bienestar psicosocial de las personas que conforman los equipos de trabajo, para que los hombres y mujeres que sacan adelante los proyectos empresariales se sientan parte activa del proyecto y centren su atención y responsabilidad en el mismo.

Condición sine qua non para la validez de estos esquemas es, en primer lugar, la realización de un diagnóstico certero que analice las amenazas reales para cada compañía, y en segundo término una estrategia definida de comunicación.

La experiencia de las empresas es que durante la pandemia ha sido fundamental la información a todos los niveles, muchas veces con gran parte de los equipos teletrabajando, y teniendo en cuenta la dispersión de los centros de trabajo. Asimismo, clave ha resultado la confianza y la implicación de los clientes y otros agentes como proveedores, distribuidores y sindicatos.

Diagnóstico y plan de cambio desde los comportamientos

La metodología de trabajo de Tarazaga Emotional Business Management, La Gestión de la Motivación©, tiene en cuenta todos los elementos críticos que deben considerarse para gestionar eficazmente nuevos riesgos. Analiza los factores críticos que existen en la empresa y su entorno, desde el estudio del sistema en su conjunto, partiendo de las neurociencias y la teoría de las restricciones.

De esta manera, investigamos las variables emocionales que condicionan los comportamientos humanos y organizacionales (que en un 85% dependen del potencial inconsciente no desarrollado) e identificamos las barreras para el cambio y las soluciones cuya puesta en práctica garantizarán la transformación que dé una respuesta eficaz a la situación. Proporcionamos el diagnóstico estratégico, desarrollando el plan de cambio, conjuntamente con el equipo directivo de la empresa. Y realizamos el entrenamiento ad hoc con las personas esenciales para implementar el cambio desde ese liderazgo adaptativo y la puesta en práctica de una atención eficiente continuada.