La revolución digital ya está aquí. El nuevo mundo online representa un cambio de paradigma impulsado por la tecnología, la conectividad y los datos, con profundas implicaciones para los individuos, las sociedades y, como no podía ser menos, las empresas.
Hasta el advenimiento de la digitalización, las estrategias corporativas se habían basado en la creación de valor, mediante una asignación eficiente de los recursos y la excelencia en los procesos y las operaciones. Un enfoque que resulta limitado cuando se impone la adaptación a cambios e innovaciones que la gestión difícilmente puede prever.
La era digital ha transformado el entorno competitivo y ha obligado a replantear la estrategia. El futuro se ha convertido en más complejo e impredecible, pero al mismo tiempo se han abierto nuevas puertas a la innovación, las relaciones con los ciudadanos, los colaboradores y los clientes y a la capacidad de adaptación de las organizaciones.
Desde el punto de vista estratégico, la digitalización significa, por un lado, pasar del enfoque en los objetivos de ventas a otro que incluye mejorar las decisiones de inversión para facilitar el crecimiento sostenible y la eficiencia operativa.
Por otra parte, quienes gestionan las organizaciones cuentan con el acceso a datos más precisos y actualizados en los que basar la toma de decisiones. Por ejemplo, información contrastada sobre las claves del comportamiento de empleados, clientes y consumidores, como la que genera el software EBMS de Tarazaga, que permite diseñar estrategias y políticas de recursos humanos, marketing o seguridad laboral acelerando los procesos de consciencia corporativa. Hoy en día ya sabemos por las neurociencias que solo el 15% del conocimiento que tenemos las personas es consciente, el otro 85% inconsciente determina nuestras reacciones y automatismos.
La transformación digital proporciona también nuevos modelos de adquisición y gestión del talento en las organizaciones, como el trabajo en remoto o las herramientas de colaboración, que aumenten la eficiencia, el compromiso y el bienestar de las personas.
Finalmente, la metamorfosis tecnológica hace posible el desarrollo de cadenas de suministro más flexibles, ágiles y adaptables, o pone los cimientos de una mayor ciberseguridad y gestión del riesgo .
Las claves digitales de 2025
En 2025, las principales tendencias protagonistas de la revolución digital son:
• La expansión de la IA y el Machine Learning;
• La ampliación de las redes 5G y la mejora de la conectividad;
• La aceleración del cloud computing;
• El desarrollo de los ecosistemas IoT;
• La focalización en la ciberseguridad, la protección de la privacidad y el cumplimiento normativo;
• El crecimiento de las tecnologías de Realidad Extendida (XR);
• El éxito de las plataformas de desarrollo de software sin código o de código bajo, que permiten programar a los no expertos;
• La aplicación del blockchain en la gestión de la cadena de suministro;
• Las mayores inversiones en tecnologías eficientes energéticamente, para reducir la huella de carbono y los costes operativos.
Cómo adaptarse al desafío digital
La adaptación de las empresas al desafío digital pasa por gestionar el cambio desde la innovación, generar espacios digitales de colaboración, en tanto que cadenas de valor diferentes, y profundizar en las nuevas tecnologías. Esto supone:
1) Identificar las necesidades reales de los clientes y los colaboradores;
2) Rediseñar los sistemas y los procesos, eligiendo las tecnologías adecuadas;
3) Crear una plataforma online, a modo de ecosistema que vincule a proveedores y clientes, lo que implica digitalizar la compañía, mejorar los datos, y optimizar la experiencia de cliente;
4) Convertir la organización en un centro de conocimiento digital, invirtiendo en la formación tecnológica y el desarrollo de los equipos humanos.
En este contexto, las personas directivas obtendrán una valiosa asistencia de la inteligencia artificial para el análisis de datos, el diseño de escenarios y la formulación de planes de actuación. La analítica predictiva y la gobernanza apoyada en herramientas de IA mejorarán la eficiencia y transparencia de los procesos de decisión. Pero deberá resolverse el problema de los probables sesgos algorítmicos, y la atribución de la toma de decisiones a las máquinas.
En este sentido, algunas aplicaciones de Inteligencia Artificial van a permitir la generación de lo nuevo, aunque se parta de datos pasados. Porque en la vida jamás suceden dos cosas exactamente de la misma manera, siempre aparecen factores inéditos que impiden proyectar el pasado al futuro con una respuesta exacta. Ante este desafío, el software EBMS, al incorporar ese 85% de datos del inconsciente colectivo, permite descubrir lo nuevo y abrir las organizaciones a un salto en su toma de decisiones.
En Tarazaga siempre hemos pensado que, en un mundo de sobreabundancia de información numérica, textual o lógica, resulta fundamental que quienes están al frente de las empresas sean capaces de extrapolar del big data lo que tiene utilidad para sus organizaciones, el smart data.
Al mismo tiempo, es necesario que las empresas acometan la transformación digital en paralelo a la de la sostenibilidad. Existe una sinergia clara entre la evolución tecnológica y el cumplimiento de los principios ESG (medioambientales, sociales y de gobernanza). A este respecto, el uso adecuado de la IA, el Internet de las cosas, y el big data contribuirán a mejorar las operaciones, reducir los residuos y optimizar la eficiencia energética, con un impacto positivo en la salud del planeta y de sus habitantes.